lunes, 8 de febrero de 2010

CUANDO CONOCI AL 10 DEL DISEÑO JAPONÉS


La escena fue en Rio, en un encuentro de diseñadores por la Cumbre Ecológica de la ONU del año 1992. Estaba celebrando con colegas, con la camiseta del Flamengo. No, no es Arthur Antunes Coimbra... o Zico. De la misma manera que Diegol Maradona, hizo que lo complejo parezca sencillo y le puso idea a sus obras. Si bien Shigeo Fukuda (de él hablamos) falleció hace poco mas de un año en Tokio (el 11 de enero de 2009, a los 76 años) sus proyectos siguen teniendo vigencia por la potencia comunicativa de sus conceptos. 
 
Nacido en el seno de una familia de fabricantes de juguetes, gracias a ellos y a una larga amistad de muchos años con Paul Rand (ya entonces reconocido diseñador que creó el logo de IBM, por ejemplo) pudo comenzar una trayectoria internacional que lo llevó a ser uno de los diseñadores / artistas japoneses mas reconocidos en Occidente. 

Trabajaba con todo tipo de materiales y objetos, "encontrándoles" nuevos significados y se ocupaba tanto de la terminación  del conjunto pero más de cómo era percibido, de manera que el observador completara el mensaje. Esto lo podemos ver en la sombra de esta "escultura" hecha con cubiertos, para lograr la imagen de una moto...



Queda para otro momento desarrollar mas sobre su vasta carrera... Como muestra de su talento, comparto uno de sus diseños que para muchos de nosotros es un dolor de cabeza: la tarjeta de presentación. Tengamos en cuenta una exigencia adicional: para muchos nipones que están en contacto con personas del exterior, es común que estas sean bilingües, o sea tanto en japonés y en inglés. Como un mago, de un bolsillo sacaba su tarjeta, se veía que era transparente, la apoyaba sobre una hoja oscura y aparecían sus datos en inglés.

 

La daba vuelta, la mostraba contra una superficie blanca... y se leían sus datos en japonés. 


El secreto: impresión sobre tinta blanca o negra en cada cara de la lámina transparente, para que se leyera uno u otro texto según el fondo contra el que se mostraba. 


Una idea sencilla y una aplicación impecable para lograr un resultado fiel a su estilo: efectivo y muy creativo, pero por sobre todo, realmente comunicativo.

  

PS: para finalizar, el testimonio de fe de este post. Aclaro, el que está al lado de Shigeo Fukuda NO es Jaime Bayly.

martes, 2 de febrero de 2010

UN POCO DEL MEJOR JAZZ


Buscando información sobre Bill Evans (1929 - 1980), encontré una excelente imagen de tapa de su disco "Undercurrent" de 1963. Se trata de una foto tomada por la reportera y retratista Antoinette Frissell Bacon mas conocida como Toni Frissell (1907-1988) en Weeki Wachee spring, Florida en 1947.

(Me recuerda a otro favorito, "Nevermind" de Nirvana)

Se percibe una rara sensación de silencio (para un disco), tranquilidad y espacio a través de la claridad del agua.


Y para cerrar el post, mi canción preferida de Evans por su melodía: "Waltz for Debby", dedicada a una sobrina de 3 años y que luego se convertiría en un standard / éstandar del jazz.

LA SONRISA MAS ENIGMATICA... AHORA, EN EL PACKAGING



:)  …


Posiblemente alguno haya pensado en la lata de Dulce de batata “La Gioconda”, pero no. No estamos hablando del retrato de Leonardo, sino de una curiosa variación de marcas.




















A partir de la observación de Maxi Viqueira, (colega de la Fundación Gutenberg), podemos observar que los isotipos de Pepsi, Pepsi Light y Pepsi Max son distintos entre sí...














Buscando razones, pudimos verificar intenciones en un informe / memoria descriptiva adjudicada a The Arnell Group: que la marca variara como si fuera una cara que sonríe.





























Cabe la posibilidad de que pocos hayan/hayamos percibido estas variaciones y hasta que se lean como distorsiones. No dejan de verse raro, las ideas a comunicar no son contundentes y hasta puede generar malos entendidos en el manejo de documentación. Como dice el Evangelio del Buen Diseño: “El camino al infierno del diseño está empedrado de buenas intenciones”. En otras palabras, debemos asegurarnos de que el diseño sea demostrativo, aunque el mismo plantee sutilezas. Si no es lo suficientemente elocuente, aparecen conflictos y excusas típicas de los cursos de diseño: “en la pantalla se lo veía bien”, “cuando lo diseñaba, era naranja, no marrón claro”.

No, no se trata de creer que se pueden controlar todas las variables del diseño, (como las condiciones de lectura) pero sí se trata de tomar los recaudos necesarios para que se entienda lo que queremos comunicar, sin sesgos de interpretación y aceptando opiniones encontradas a través de pruebas y de un intercambio honesto de opiniones.(A veces no es fácil, pero si es proyecto está bien planteado, sobrevive sin sus progenitores, que madure solo).